6 mar 2017

Astronautas de Stanislaw Lem

Portada de Astronautas de Stanislaw Lem

Aunque se considera que la primera novela del escritor polaco Stanislaw Lem es "El hospital de la transfiguración", escrita en 1948 pero no publicada en Polonia hasta 1955 por culpa de la censura, se puede afirmar que "Astronautas" (1951) es realmente su primera obra editada. Debates a parte esta novela que nos ocupa está considerada por el propio autor como algo ingenua e inexacta en algunas de las teorías expuestas, algo inevitable con el paso del tiempo y con la evolución de la ciencia. A pesar de ello me ha resultado muy grata su lectura: Lem es un maestro de la ciencia-ficción y por mucho que él mismo menosprecie la obra por el carácter excesivamente didáctico de la misma lo cierto es que es una gozada leerla. Eso sí, hay que alejarse del punto de vista más duro del género y tomarse la historia como una aventurilla espacial, un poco como lo fue "Aelita" en su tiempo, salvando las distancias claro está.

Sinopsis:

Verano de 1908. Un meteorito cae en la zona de Tunguska, en la remota Siberia, generando un rastro de devastación a su paso: árboles caídos, vegetación calcinada y un enorme cráter. En la hondonada donde supuestamente tuvo lugar el impacto no se encuentran restos de ningún tipo, cosa que desconcierta a los investigadores pues no permite determinar el origen del fenómeno, que se convierte a partir de entonces en un oscuro misterio.

Años más tarde nuevos estudios sobre el cuerpo celeste sacan a la luz unos resultados sorprendentes. Por fin se halla el extraño objeto (de apariencia extraterrestre) que impactó en nuestro planeta y al abrirlo se descubre en su interior lo que parece ser un mensaje cifrado. Gracias al Cerebro Electrónico, la mayor computadora del mundo, y al trabajo conjunto de decenas de sabios e investigadores se logra aportar luz sobre lo que se pasará a llamar desde entonces el Informe. Fruto de una acurada observación y de un elaborado proceso de análisi se puede observar en él mucha información sobre la Tierra, pero junto con estos datos se logra descifrar una parte del mensaje que augura una oscura profecía para los habitantes de nuestro planeta.


Otra de las características de un viaje
estelar era que entre su transcurso normal y
el más peligroso de los accidentes no mediaba
ninguna transición. Un marinero o un aviador
veían los signos de una tormenta que se aproximaba
mucho antes de entrar en su campo de acción,
mientras que, en el espacio, el peligro estallaba
en medio de una tranquilidad absoluta, como un rayo,
y desaparecía también en un instante.

Opinión:

Año 2003. Lem imagina un futuro con una situación geopolítica muy diferente de la que conocemos actualmente. A partir de un hecho real (el bólido de Tunguska existió realmente) el autor hilvana con maestría su visión sobre la evolución de la ciencia, la tecnología y la propia humanidad. Uno de esos innumerables hitos es la conquista del espacio, más concretamente la del planeta Venus, de donde parece proceder el objeto que impactó en Tunguska hace ya un siglo. Las miradas se dirigen entonces hacia el lucero del alba, y hasta allí se desplaza también la acción.

La nave estelar más avanzada jamás creada por el hombre, la Cosmocrátor, dotada con la mayor inteligencia artificial hasta el momento, Márax, se dirige hacia el segundo planeta del sistema solar. Tras una primera parte eminentemente didáctica en la que se nos detallan los avances tecnológicos y en la que se describen al dedillo los pormenores de la misión entramos en vereda a bordo de la Cosmocrátor. La novela toma entonces tintes de aventurilla espacial, algo que se agradece, sin olvidar que se trata de Lem: a pesar de ser un texto prematuro ahí están su clase y su genio acompañados (¡cómo no!) de su gusto por el detalle científico.

El libro es denso, no nos engañemos, pero mucho menos de lo que el autor nos tiene acostumbrados; pese a ello es una delicia de lectura. Si olvidamos su presunta ingenuidad, si obviamos la inexactitud de algunas de sus teorías y suposiciones y nos dejamos llevar por el afán de aventura lo cierto es que estamos ante un texto muy enriquecedor, no en vano estamos hablando de uno de los mejores (y más puristas) escritores que ha cultivado el género de la ciencia-ficción. Seguramente por eso el propio autor no duda en excusarse largamente en el prólogo por la falta de rigor científico de la trama, una historia que pese a estar escrita hace más de sesenta años no desmerecería como guion de cualquier superproducción del cine actual, siempre y cuando no la adaptase Michael Bay.

- aventurilla de ciencia-ficción -
★ ★ ★ ★
Ficha:

"Astronautas" - Stanislaw Lem
Traducción de Abel Murcia y Katarzyna Moloniewicz
Impedimenta (978-84-16542-35-2) - 2016
373 páginas

2 comentarios:

  1. Lem es uno de mis grandes pendientes. Tan solo he leído los relatos que publicó hace años Impedimenta también, y la verdad es que me quedé fascinada.
    Compré este en la feria del libro, y se ha quedado en la estantería a coger polvo. Habrá que ponerle remedio.
    Magnífica reseña, como siempre.

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    Respuestas
    1. Muy buenas tardes,

      Si te fascina Lem te gustará esta novela. No es Solaris, por supuesto, pero ahí están su genio y sus descripciones hiperrealistas (es imposible no imaginarse la Cosmocrátor con todo lujo de detalles). La verdad es que Lem nunca decepciona; si puedes dale prioridad en la pila. Tengo por casa Máscara y Las aventuras del piloto Prix y creo que repetiré en breve.

      Un placer verte por Otranto, como siempre, y mil gracias por tus palabras.

      @pancromatic

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