1 dic 2015

La maldición de Hill House de Shirley Jackson

Portada de La maldición de Hill House de Shirley Jackson
autor: Shirley Jackson
edición: Valdemar (2008)
género: mansión encantada

cuatro estrellas

El subgénero de las casas encantadas conforma un grupo muy específico dentro de las novelas de terror. Aunque he leído pocas tengo que destacar dos que a mí me han parecido realmente sobresalientes: Richard Matheson conseguía crear con “Hell House” un ambiente malsano como pocas veces he sentido en una lectura, mientras que “La maldición de Hill House”, el libro que hoy reseñamos, destaca por otras virtudes literarias. Su autora, Shirley Jackson, dota a la casa de un temperamento tal que logra convertirla en un personaje más de la novela. La riqueza de matices de sus descripciones, las relaciones que establece la mansión con sus moradores, sus manifestaciones psíquicas,… Todo ello hace de Hill House un elemento sumamente atractivo, añadiendo un valor considerable a la novela. Es este un libro redondo, más clásico en la estructura literaria que el de Matheson, pero que se disfruta sin reservas. Incluso Stephen King ha reconocido (y alabado) la influencia de Jackson en su propia obra, en concreto para la escritura y elaboración de “The Shining”.

El aura que rodeó a Shirley Jackson no hace sino potenciar la atmósfera sobrenatural del libro. Durante el período de documentación previo a la escritura de la novela Jackson buscó casas candidatas para usar como influencia y sobre las que fundamentar los cimientos de Hill House. Curiosamente halló en una casa relacionada con su propia familia la morada ideal para inspirar la historia: el Winchester Mystery House resultó ser un edificio de lo más idóneo para abonar esta historia. Una superficie de 2,5 hectáreas, ciento sesenta habitaciones, seis cocinas, cuatrocientas setenta y seis puertas, cuarenta escaleras,... Cifras más que suficientes para volverse loco de remate.

Sinopsis:

John Montague, científico especializado en manifestaciones sobrenaturales, alquila Hill House por un período de tres meses para llevar a cabo allí sus experimentos, aquellos que le permitirán abrir una nueva era en la ciencia de las perturbaciones psíquicas. Durante casi ochenta años ha habido habladurías sobre Hill House y ha sido considerada una casa encantada por los lugareños. Montague quiere esclarecer las bases de tales creencias mediante las evidencias de un posible contacto. Para ello busca colaboradores que hayan tenido experiencias extrasensoriales previamente, personas que se presenten de forma voluntaria para realizar un experimento que le permita escribir una tesis presentando las bases de sus teorías.

Hombre precavido y metódico, Montague realiza una lista previa de candidatos. A todos ellos les envía una carta proponiéndoles pasar parte del verano en la mansión con los gastos pagados. El azar y sus pesquisas acaban proporcionándole tres voluntarios. Eleanor Vance, soltera y en la treintena, se ha pasado los últimos años cuidando de su madre enferma. Con la única compañía de una moribunda su carácter tímido y reservado se ha exacerbado hasta el punto de apenas hablar con nadie, ni tan siquiera con su hermana. Desconfiada por naturaleza, Eleanor rehuye de la gente y vive esperando. Una vez liberada de sus obligaciones halla en Hill House una vía de escape para poder satisfacer su naturaleza de tendencias fantasiosas.

Theodora es el polo opuesto a Eleanor. Para ella la vida es placer y disfrute. La carta del doctor llega en un momento de tensión con su compañera de piso. Theo aprovecha la ocasión que le brinda para alejarse una temporada y satisfacer así las aventuras que ansía su ego. Luke Sanderson, el último componente del grupo, es un hombre de modales encantadores aunque algo mentiroso y con tendencias cleptómanas. Es sobrino de la propietaria de Hill House, quien puso como condición al alquiler del doctor que alguien cercano a la familia estuviese en la mansión durante los experimentos. El doctor enseguida aprecia las virtudes del joven Luke y acepta de buen grado su presencia como contrapartida masculina del grupo. Estos cuatro valientes se enfrentarán a sus temores en una casa de la que poco o nada conocen, esperando obtener de ella alguna respuesta en forma de aparición o manifestación fantasmal. Pero no todo será diversión y mucho menos un juego de niños.

'Hill House, nada cuerda, se alzaba en soledad frente a las colinas,
acumulando oscuridad en su interior; llevaba así ochenta años
y así podría haber seguido ochenta años más. En su interior,
las paredes mantenían su verticalidad, los ladrillos se entrelazaban
limpiamente, los suelos aguantaban firmes y las puertas permanecían
cuidadosamente cerradas; el silencio empujaba incansable contra la madera
y la piedra de Hill House, y lo que fuera que caminase allí dentro,
caminaba solo.'

Opinión:

Estamos ante una obra indispensable para los amantes del género de terror, un must have ineludible en cualquier buena biblioteca de género que se precie. La prosa de Jackson es hermosa y cumple a la perfección con su propósito que no es otro que generar incertidumbre. No exenta de raciocinio y de psicología interior (el personaje de Eleanor es muy poliédrico) la historia también está llena de toques de magia: así de un simple campo de adelfas surgen visiones de lo más evocadoras. La edición de Valdemar (fabulosa, como siempre) eleva un peldaño más el valor de esta obra.

No es esta una novela de terror al uso. No esperéis ver fantasmas en su vertiente más clásica. La gran protagonista es la casa: vetusta e imponente, revestida de oscuro maderamen y repleta de bustos y esculturas de lo más siniestras. Sus estancias tienen una extraña disposición, con ángulos que desafían a la lógica y que desconciertan a sus habitantes y también al lector. Toda ella es un laberinto que interactúa con sus moradores a nivel sensorial. Porque se trata de una novela psicológica: el terror nace de dentro de cada individuo en función de lo que la casa le inspira, estableciendo así una relación muy personal con la misma. Jackson insinúa más que muestra. Nada sabemos sobre lo que aparentemente habita la casa, aunque sí somos conscientes que incumplir la norma de vagar solo por la casa y alejarse del grupo puede acarrear funestas consecuencias. Los protagonistas se resguardan del miedo mediante rutinas cotidianas hasta que la irrupción de nuevos personajes dará al traste con todo ello. Es en el último tercio del libro cuando la autora despliega toda la tensión emocional y pone patas arriba la estabilidad de Eleonor, aquella que muestra una mayor conexión psíquica y empática con la casa.

Existen dos versiones cinematográficas de esta historia que curiosamente comparten el título de “The Haunting”. La primera, rodada en 1963 por Robert Wise, es un clásico del cine de terror y hablan de ella como una cinta extraordinaria, pero por desgracia no la he visionado todavía. En 1999 se rodó un producto hollywoodiense que, si bien adolece de todos los pecados (que son muchos) de los blockbusters modernos, tiene virtudes notables en los trabajos de fotografía y de producción (sobretodo en la localización de escenarios y en la construcción de decorados). Más o menos fieles al texto original, ambas cintas han puesto su granito de arena para dar a conocer la obra de esta escritora, una mujer que debe ser considerada una de las grandes damas del terror de todos los tiempos. Y que conste que esta afirmación la lanzo así a lo loco, habiendo leído tan solo “The Haunting of Hill House”, pero con la certeza de que posibles lecturas venideras serán igual de buenas. Y es que Shirley Jackson, al igual que haría Hill House, me ha dejado una profunda impronta.

Ficha:

"La maldición de Hill House" - Shirley Jackson
Traducción de Óscar Palmer Yáñez
Valdemar Gótica (978-84-7702-621-1)
253 páginas

5 comentarios:

  1. Esta novela la leí mientras escribía "La escritura necesaria", buscando esa sensación de terror. Me gustó, aunque reconozco que no me dio miedo. Me dan más miedo las personas "normales". Me di cuenta de lo difícil que es asustar en una novela, generar el terror.

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    1. Buenas Rubén,

      Es cierto que es complicado generar terror con una lectura, quizás el cine sea más efectivo para ello. De todas formas la lectura de esta novela sí que supo transmitirme una sensación de ligera angustia debido al personaje de Eleanor y sus complejidades interiores.

      Te recomiendo además que busques información sobre la mansión que comento (Winchester Mystery House) si te interesan estas cosas. Realmente es algo sorprendente.

      Gracias por el apunte!

      @pancromatic

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  2. Cierto. Ahora no lo recuerdo bien y espero no mezclar unas novelas con otras, pero si mal no recuerdo era una casa hecha por el que inventó el rifle winchester y arrepentido por las muertes provocadas hizo construir una casa "especial"... Curioso, la idiosincracia americana... Sí, suelo invenstigar sobre las novelas peculiares...
    Saludos

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  3. Cierto. Ahora no lo recuerdo bien y espero no mezclar unas novelas con otras, pero si mal no recuerdo era una casa hecha por el que inventó el rifle winchester y arrepentido por las muertes provocadas hizo construir una casa "especial"... Curioso, la idiosincracia americana... Sí, suelo invenstigar sobre las novelas peculiares...
    Saludos

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    Respuestas
    1. No recuerdas mal. Es un hecho ciertamente asombroso, muy típico de los yanquis y de sus morales extremistas. Buen hábito el de investigar para escribir, se descubren cosas curiosas.

      Un abrazo.

      @pancromatic

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