20 mar 2015

Fantasmas de la China y del Japón de Lafcadio Hearn

Portada Fantasmas de la China y del Japón de Lafcadio Hearn
autor: Lafcadio Hearn
edición: Espuela de Plata (2011)

cuatro estrellas

Lafcadio Hearn es sin duda alguna otro de esos personajes cuyas vidas merecerían un post a parte si este blog tratase sobre biografías. Pero dado que solo nos incumbe su vertiente literaria diremos que tras varios periplos este autor nacido en una isla griega acabó en Japón, país que le fascinó hasta tal punto que se acabó quedando, se casó con una mujer descendiente de samuráis y adoptó el nombre nativo de Koizumi Yakumo. Fruto de nuestra pasión por la cultura y la tradición orientales visita hoy Otranto “Fantasmas de la China y del Japón”, una selección de algunos de los cuentos que Lafcadio Hearn publicó en vida.

Sinopsis:

Los relatos aquí transcritos abordan todos ellos mitos, leyendas y tradiciones orales que se mantuvieron vivas a lo largo de los siglos y que llegaron de una u otra manera a oídos de Lafcadio; algunas de ellas se las contó su propia mujer en japonés rudimentario, ya que él tenía un dominio limitado del idioma y su esposa no hablaba inglés. Las de origen chino, curiosamente, las escribió Lafcadio estando en Estados Unidos, sin haber iniciado todavía sus viajes por oriente.

Tal y como reza el título del libro estos cuentos están plagados de fantasmas, aunque algunos solo sean simbólicos y no vayan más allá de simples evocaciones de los desaparecidos a través de elementos tan simples como el tañido de una campana o el aroma de la hoja del té. Otros sí que son espectros materializados, personajes tan reales y complejos (normalmente mujeres jóvenes de gran belleza) que logran confundir a los hombres hasta arrastrarlos por caminos insospechados. Aparecen también dioses y demás seres relacionados con los mitos y tradiciones ancestrales.

Los relatos se dividen en dos bloques: los de China y los de Japón. Entre ambos existen nexos y puntos en común, sobretodo en lo que a la espiritualidad se refiere, pero tienden a diferir en su estructura formal: los primeros son menos numerosos pero más extensos, repletos de sutileza, los segundos se nos presentan breves y con desenlaces bruscos, sorprendentes. Los cuentos chinos pertenecen todos al tomo “Some chinese ghosts” (1887), mientras que los nipones se reparten entre diversas publicaciones: “Out of the East” (1895), “Kotto” (1902) o “Kwaidan” (1904).

Asistiremos a lo largo de estas páginas a las desventuras del pescador Urashima Taró, nos desviviremos por los esfuerzos de Adorable por lograr que su padre triunfe, seremos testigos de la aflicción de un asceta por culpa del recuerdo de una sensual bayadera, seguiremos las historias de Alma Clara y Beso-Delicioso y del samurái Tomotada y la bella Aoyagi e intentaremos dilucidar qué fue del hombre que se tragó un fantasma en una taza de té. A cada cual más original, cada uno de estos veintiocho breves relatos esconde una dulce promesa no exenta quizás de un amargo final.

'Encargó a un nigromante que buscara para la sepultura
un sitio en el cual no brillara ninguna estrella de mal augurio,
un lugar de reposo que ni demonios ni dragones perturbaran jamás.'

Opinión:

La publicación de estos textos a través de la editorial Espuela de Plata ha sido un grato descubrimiento. Su pulcra y acurada edición destacan sobre una traducción algo deficiente, pero en conjunto se disfruta de una lectura amena a pesar del misticismo o de la complejidad histórica que rodean a algunos de sus personajes. El libro se puede abordar sin reservas gracias a su prosa sencilla y descriptiva, muy rica en detalles, que convierte el simple hecho de la lectura en una experiencia mucho más orgánica y con un elevado componente sensorial.

El gran inconveniente puede ser sin duda la temática y su ejecución formal. Los que esperen la clásica ‘ghost story’ quedarán sorprendidos pues nada tiene que ver. La sensibilidad oriental dista mucho de los cánones occidentales y, tal y como pasa en otros ámbitos, su la literatura se ve fuertemente influenciada por conceptos como la belleza, la sutileza de los gestos o la exaltación contemplativa. La cadencia es también más pausada de aquella a la que estamos acostumbrados. Si el lector vence estos prejuicios logrará entrar en una dimensión donde lo conceptual vence a lo terrenal, un paraíso sensorial que le permitirá viajar por las páginas de este libro como si lo hiciera a través del tiempo, retrocediendo hasta las antiguas dinastías chinas o hasta el Japón feudal.

“Fantasmas de la China y del Japón” es sin duda una oda al arte y a la cultura oriental. Escrita con pasión por un enamorado de sus costumbres tiene el don de saber transmitir la belleza intrínseca, aquello que muchas veces no apreciamos por quedarnos con lo más superfluo. Es una lectura que merece ser disfrutada con pausa y con atención, a poder ser en simbiosis con otras expresiones artísticas que nos ayuden a comprender este talante oriental; en mi caso no dudé en acudir al cine de Kurosawa, Mizoguchi e incluso Kobayashi, quien realizó una excelente adaptación de algunos de los relatos más célebres de Lafcadio Hearn. Curiosamente el germen que me permitió rescatar un libro que tenía algo olvidado fue un comentario en twitter en que se exaltaba el descubrimiento de una sociedad como la nipona a través de su cultura en el sentido más amplio y no solo a raíz de los tópicos más comunes. Hacer caso a ese tweet me ha recompensado con una grata lectura y, mejor aún, con el descubrimiento de un interesante personaje que rigió su vida por el amor que profesaba a esa misteriosa y atractiva cultura que es la japonesa.

Ficha:

"Fantasmas de la China y del Japón" - Lafcadio Hearn
Espuela de Plata (978-84-15177-32-6)
197 páginas

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